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Viv@Fidel

EL RENNY ES EL BENNY, EL BENNY ES MORÉ

EL RENNY ES EL BENNY, EL BENNY ES MORÉ Las emisoras cubanas de radio y televisión no lo olvidan. Cada año, cuando llega el 24 de agosto, son cientos las horas en las que se honra la memoria de una de las figuras más carismáticas de la canción cubana: me refiero, cómo no, a  Bartolomé Maximiliano Moré (1919 – 1963), popular en medio mundo bajo el diminutivo de Beny, el Benny, como otros suelen escribir, pero siempre, Moré. Decenas de ciudades de la isla no cesan de recordar al enorme músico nacido en el humilde barrio de La Guinea, en la localidad de Santa Isabel de las Lajas, en la provincia central de Cienfuegos.  Un nombre ante el que se alzan los elogios más hiperbólicos, las alabanzas sin cuento para ese Bárbaro del Ritmo, cuya biografía filmada se ofrece desde hace varias semanas en decenas de cines de la isla, con llenos absolutos, demostrando no sólo el imborrable recuerdo de este auténtico monstruo de la música antillana, sino la propia calidad del film. Quien firma esta líneas ha tenido el placer de degustarlo en dos ocasiones. Y me preparo para la tercera, porque estamos ante una película de enorme talla, en la que el trabajo de investigación, soberbio y riguroso, se halla a la altura de su calidad fotográfica, interpretación, ritmo y desenlace. “El Benny”, como se titula la ópera prima del director Jorge Luis Sánchez (46 años, unido por lazos familiares con el cantante), recoge de forma magistral la vida de este genio, que sin saber leer una sola nota, era capaz de dirigir toda una orquesta.  El actor que encarna a Benny (soberbio es un adjetivo que se le queda corto) es el también cubano Renny Arozarena, cuyo primer y merecido galardón internacional, el Boccalino, se le entregó esta primavera en el Festival de Cine de Locarno, en Suiza, porque el jurado consideró que había logrado con su interpretación “entregar el carácter, la pasión y el halo inconfundible que distinguieron al gran mito de la historia de la música”.  La figura y la música de Benny ha sido utilizada también en dos filmes más, un excelente documental francés titulado Hoy como ayer en el que, además del material original que se rescata, con excelentes imágenes de archivo que contienen temas como Oh vida, Santa Isabel de Las Lajas, Como fue, Batanga N° 2, Que te hace pensar, Hoy como ayer, Mata siguaraya, Te quedarás, Saoco, Preferí perderte, Como arrullo de palmas, Que bueno baila usted, La vida es un sueño, Bonito y sabroso etc, se ofrecen varias entrevistas y comentarios de personalidades como Enrique Benítez "El Conde Negro", Walfrido Guevara, Ibrahim Ferrer, Eliades Ochoa, Miguel Patterson, Fernando Álvarez y otros.  La otra cinta, de ficción (más bien ciencia ficción), es una espantosa obra dirigida por Andy García, protagonizada por Bill Murray, que encarna a un profesor, y Dustin Hoffman, en el papel de un mafioso histórico como fue Meyer Lansky, rodada en Santo Domingo (faltaría más), en la que el protagonista no quiere ni a Batista ni a Fidel, y por eso, como Andy, se queda con Bush en EEUU. Pura coherencia política. Hoy, García comparte mesa y tenedor con terroristas internacionalmente buscados (algunos en cárceles de cinco estrellas durante algunos meses) como Luis Posada Carriles, Orlando Bosch, Santiago Alavarez o Pedro García Remón y demás miembros de la mafia cubano-americana, responsables de la muerte de cientos de personas, mujeres, ancianos y niños, en atentados como el del avión de Cubana de Aviación en 1976. Es decir, con lo más florido de los batistianos, como los Díaz-Balart y Mas Canosa de Miami. Dicen que Andy, que hoy tiene 50 años,  huyó del comunismo cubano en 1960 cuando aún era un niño de cinco, pero aun nadie le ha entregado un premio por tan precoz y sabia decisión. ¡Qué bárbaro¡. Y pensar que yo, a la misma edad, no pude escapar de Franco. “La Ciudad Perdida”, como se titula el bodrio, es sin duda una película muy profesional, de esas que harán las delicias de gente como Vargas Llosa, Zapatero, Alan García, Uribe, Videla, Juan Carlos de Borbón, Pinochet, Fernando Trueba, Aznar, Bush, Blair, Juan Luis Cebrián, Zoe Valdés, y demás demócratas, de esos que gustan de imponer el sufragio universal a bombazo limpio, mientras depuran étnicamente el planeta y aseguran la ganancia de miles de millones de euros a sus amigos los empresarios de Unión Fenosa, Telefónica, Repsol, Texaco, Vodaphone, BP, Inditex, etc., para que, quizás algún día, imiten a los directivos de Forum Filatélico o Enrom,  y puedan disfrutar de lo ganado con el sudor de los de siempre, en las Islas Caimán, las Marshall, o las Barbados. Eso sí, el filme cuenta con una banda sonora repleta de “castristas” como Moré o Bola de Nieve.  Pero sigamos con El Benny, con ese verdadero monumento al ritmo que se nos fue por una esperada cirrosis hepática en 1963, cuando apenas contaba 44 años. Hoy tendría 87, y aún se recuerda, como uno de sus mejores detalles para con la Revolución, que tras la primera campaña de alfabetización en la isla, el propio Fidel le pidió que hiciera una gira por toda Cuba y que pusiera un precio a ese periplo. Moré, sonriendo como sólo él sabia hacerlo, le contestó: “Comandante, usted ha entregado tanto ya a este país que yo no tengo valor para pedirle ni un solo peso. Cantaré gratis”. Y así lo hizo.  La última semana del mes de agosto, La Habana revivió a Moré en numerosos actos  El pasado día 20, en el hotel Habana Libre Tryp, se inauguró una exposición dedicada al Bárbaro del Ritmo con obras de pintores de la talla de Nelson Domínguez, Alexis Leyva (Kcho), Juan Moreira y Alicia Leal, entre otros. El martes 22, en la Casa de la Amistad, en el Vedado, se celebró un interesantísimo coloquio denominado Reflexiones: Benny Moré, el genio de la popularidad, en el cual se debatieron un grupo de ponencias sobre su bolerística, su presencia en el cine, la radiodifusión de sus canciones en Europa, y recuerdos de su familia, y a las cinco de la tarde, en el Teatro Nacional tuvo lugar la presentación de la revista Tropicana Internacional. El jueves 24, por séptima ocasión, se desarrolló el espectáculo Hoy como ayer (como el título del documental citado anteriormente), en el cabaret Alí Bar, en San Miguel del Padrón, sitio en el cual se presentó el popular artista. La ocasión sirvió para rendir homenaje a quienes han promovido la música del Bárbaro del Ritmo como Manolito Simonet, Pedrito Calvo, Andy Gola, Amadito Valdés, Teté Caturla, Juan de Marcos González, Amado Dedeu, Policarpio Tamayo (Polo), José Abat (El Ruso) y la Comparsa de la FEU (Federación Estudiantil Universitaria). El sábado 26 se efectuó una gala de cierre que incluyó también diversas presentaciones artísticas nocturnas en los cabarets más famosos de la capital. En suma. La Habana sintió al Benny una vez más hasta en el rincón más recóndito de sus barrios, y como cada año, sus paisanos peregrinaron hasta la tumba del genio en el cementerio de Santa Isabel de las Lajas. En aquella localidad aprendió los cantos de sus ancestros, pero también a interpretar el son, la guaracha y la rumba. Benny, o Beny (como prefiera el lector) era un autodidacta que aprendió a tocar la guitarra con un amigo de la niñez, que componía y se aprendía los arreglos dándoles una estructura similar a las bandas norteamericanas de jazz. De ello podría hablar (y aun lo hace y lo escribe) mi amigo y colega Félix Contreras en el libro titulado “Yo conocí a Benny Moré”, que, según el autor, es “Un pequeño aporte a la escasa bibliografía que sufre nuestra fascinante música popular; culpa de la escasa atención que ha tenido nuestro patrimonio sonoro por la parte de nuestros escritores e intelectuales en general. Benny fue fraguado en la rica cultura popular caribeña como los dos Miguelitos, los Matamoros, Rita Muntaner, La Lupe, Celia Cruz, Tite Curet, Elena Burque Celeste Mendoza, Bola de Nieve, Celina González, y muchos más”.  Además de su material original, Benny Moré registró una inmensa variedad de canciones escritas por cerca de cuarenta compositores, incluyendo Agustín Lara, Arsenio Rodríguez, Ernesto Duarte, Pedro Flores, Juan Arrondo, José Dolores Quiñones, Osvaldo Farrés, Juan Bruno Tarraza, Julio Brito, Claro Fumero de José, Ricardo Pérez Martínez, Pedro Vega, Alberto Barreto, y Domínguez Franco. Comenzó su carrera como cantante de boleros tradicionales  o sus fusiones (bolero-chá, bolero-mambo, bolero-son), llegando a convertirse en uno de los precursores del bolero moderno, como resultado de la incorporación de elementos del jazz y de las inflexiones vocales más innovadoras, así como su aceptación por estilos como el fílin, que han logrado sobrevivir a este siglo XXI, como los boleristas de la salsa, o los artistas cubanos contemporáneos más avanzados que cultivan el género.. Los principios profesionales de Bartolomé Maximiliano Moré fueron orientados más al idioma de la guaracha que a la barroca lengua romántica del bolero, en grupos como el Conjunto Matamoros, Arturo Núñez, Ernesto Duarte y Dámaso Pérez Prado. Como resultado de su colaboración con estos genios de la música popular, Benny consiguió una formidable experiencia y conocimiento, reflejado posteriormente en la discografía de sus tres grandes, conjuntos o bandas. Muchos de los arreglos que utilizó, bautizados como El Sonido de mi Tribu, son hoy tan vigentes como hace 50 años. Unas orquestaciones “a la big band”, mezcladas con armonías modernas, improvisaciones impetuosas, pero es indiscutible que su esencia cubana fue preservada fielmente. La calidad de sus músicos (lo mejor es no mencionar ningún nombre para prevenir malos entendidos o frustraciones provocadas por el olvido involuntario) y la combinación de originales técnicas instrumentales, así como el ambiente popular, el sabor de barrio que diría Gato Pérez, ayudaron a que sus canciones y versiones dieran la vuelta al mundo, y que la orquesta de Moré, de El Benny, sea hoy considerada una institución musical a nivel hemisférico. Con ella, este genio eternamente joven, cruzó América varias veces de Norte a Sur, de Este a Oeste, dejando patente esa cubanía tan especial y colectiva, como personal y única. Para curiosos y fans, ahí va una lista de temas en los que dejó esa impronta. Boleros  firmados por él:- Dime Que Sí- El Bardo- Conocí La Paz- Todo Lo Perdí- No Te Atrevas- Dolor y Perdón- Mi Amor Fugaz Boleros de otros autores:- Camarera Del Amor (José Dolores Quiñones)- Cómo Arrullo De Palmas (Ernesto Lecuona)- Cómo Fue (Ernesto Duarte)- Encantado De La Vida (Justi Barreto)- Dulce Desengaño (Armando Beltrán)- Fiebre De Tí (Juan Arrondo)- La Vida Es Un Sueño (Arsenio Rodríguez)- Mi Corazón y Yo (Frank Domínguez)- Mira Que Eres Linda (Julio Brito)- Mucho Corazón (Emma Elena Valdelamar)- No Me Vayas a Engañar (Oswaldo Farrés)- No Puedo Callar (Mercedes Fernández)- Solamente Una Vez (Agustín Lara)- Te Quedarás (Alberto Barreto) Y como postre, los diez mejores temas de su carrera profesional, según algunos expertos consultados 1: Francisco Guayabal
2: Cienfuegos
3: Santa Isabel De Las Lajas
4: Bonito Y Sabroso
5: Dolor y perdón
6: Maracaibo Oriental
7: Como Arullo De Palmas
8: Guantanamo
9: Se Te Cayo El Tabaco
10:  Que Bueno Baila Usted
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