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España

CANCIONES CONTRA EL FASCISMO

CANCIONES CONTRA EL FASCISMO

He tenido la fortuna de estar de nuevo junto a algunos de ellos. Hombres (la mayor parte) y mujeres que dejaron algunos meses de su juventud en los campos y trincheras de la España en guerra, aquella que combatió contra la incultura, la vesania, la hipocresía, la venganza, la mala leche de un maldito general llamado Franco.  Hombres y mujeres que pusieron su vida al servicio de la legalidad republicana, de la causa de la democracia y la libertad. Venidos de países tan diferentes como Estados Unidos de Norteamérica, de Cuba, Argentina, Canadá, Francia, Alemania, Chile, Italia, Rusia, ilusionados por derrotar a la emergente larva totalitaria que significaba la revuelta del fan número 1 de Adolfo Hitler. 

 Los mil veces heroicos Brigadistas Internacionales volvieron de nuevo a los campos y trincheras, cerca de Madrid, en Morata de Tajuña, donde el sábado pasado, día 8 de Octubre, se levantó en su honor un monumento obra del artista canario Martín Chirino, ante la emoción y ternura de más de cuatrocientas personas que corearon vivas a la República, a la libertad, al internacionalismo, como hace cinco año en el Teatro Monumental de Madrid, entre canciones y aplausos por su entrega y su generosidad demostradas en mil frentes de batalla.             

 Su rostro, embellecido por el paso del tiempo, su mirada aún brillante, su voz firme en inglés, español, alemán, francés o italiano, volvieron a decorar el paisaje agreste y rocoso de las cercanías madrileñas, volvieron a vibrar en las conversaciones con los amigos y familiares de tantos héroes anónimos. Y cantaron. Los acordes de las canciones unieron de nuevo ese espíritu antifascista tan necesario en el siglo XXI, cuando la tortura democrática, la guerra ilegal, las violaciones al derecho internacional se han consagrado desde la Casa Blanca como jamás Franco, Mussolini y Hitler pudieron soñar. La ley de la fuerza bruta se ha enseñoreado del globo, santificada por la democracia que condenaba al III Reich, bendecida por el Papa, por la Europa Comunitaria, por varios de los países que formaron el bloque soviético, por Japón, Australia, Méjico y Colombia, Perú y otros del continente latinoamericano.            

De ahí que hoy se haga más necesario que nunca regresar a las canciones por la libertad, a las llamadas musicales por la esperanza en un mundo más justo, a los juglares que claman por la paz y la concordia. Deja por unos meses los éxitos del Hit Parade, los discos millonarios, los artistas consagrados por las televisiones. Abandona por unas semanas la rabiosa actualidad musical y recopila los cientos de temas que aún tienen vigencia, que rascan las tripas y animan a luchar contra los bastardos criminales, contra los terroristas vestidos de Armani, Cardin y Benetton.

Para ti, esta receta compuesta por horas de rebeldía en papel pautado, esta larga lista de canciones contra la dictadura del mediocre sangriento, de los cientos de francos, pinochets, videlas, blairs, aznares, borbones, bushes, berlusconis y foxes del globo. Y de todos sus seguidores y aliados.  Cánticos necesarios, música para sobrevivir en un mundo castigado hasta límites increíbles. Colócalas en tu reproductor, sea de vinilo, CD, MP-3 o cualquier otra fórmula para escucharlas. Son miles, pero no suelen sonar en la radio. Son miles, pero las olvidamos fácilmente.

Este es un tiempo idóneo para meternos una buena dosis de ellas, para que no se nos vaya la rabia y el coraje, para que sigamos saliendo a la calle a reclamar todo aquello que se nos está robando hora tras hora. En honor de esos Brigadistas, por su formidable ejemplo, debemos tener presente canciones como estas: 

 La poesía es un Arma Cargada de Futuro, La Adelita,  Joe Hill, ¡ A las barricadas ! Bandiera Rossa, Le Deserteur, Bella Ciao, La Cucaracha, Los Cuatro Generales, Vientos del Pueblo, Nanas de la Cebolla, Blowin in The Wind, Masters of War, Viva La 5ª Brigada, Jarama Valley, On vas, Eusko Gudariak, La Internacional, La Marsellesa, La Bayamesa, El Paso del Ebro, Fischia il Vento, Le Chant des Ouvriers, Venceremos, La Muralla, Grandola Vila Morena, We Shall Not Be Moved, I Don`t Want to Be a Soldier, Abasso Nixon, Abraham Martin and John, A Boy Named Bush, General, Abril 74,  A Change is Gonna Come,  We gotta get Out of This Place, War is Over, War Song, Bagdad Chaos, Ballade Von Den Verdobenen Greisen, Volonteers, A Salvador Allende en su combate por la vida, Llegó con tres heridas, Els Jorn dels Miserables, Al vent, El mayor, La Guerra Di Piero, Where All The Flowers Gone, Solo le pido a Dios, Imagine, Plegaria Por Victor Jara, Campanadas a Mort, Sunday Bloody Sunday, Planeta Skoria, Non Sparare, D’Georges Bouch, Constitution Blues, Soldier Blue, Universal Soldier, Bandiera Nera, La Memoria, Mosh, Orange Crush, Siguen las Guerras, Dans La Jungle, Santiago, Spiro Agnew, All You Fascists, American Idiot, Así como hoy matan negros, Attica State, Washington Bullets, Vietnam, El Pueblo Blanco, United Snakes Of America, Travellin` Soldier, Tutti Pazzi, This Is Radio Clash, The War Is Over, Aguirre Der Zorn Gottes, Alice’s Restaurant, Auschwitz, Ballata del Piccolo An, Biko, Too Young To Die, Tio Sam, Singin` in Vietnam Talking Blues, Los Cuentos, A desalambrar, Diguem No, A Margalida, Al Alba, Ay Carmela, Sacco E Vanzetti, Globalizatione capitalística, La Larga Espera, Sarri Sarri, Otra Fuerza, A-Bomb in Wardour Street" , Enough is Enough, If You Tolerate This Your Children Will Be Next, Nazi Punks Fuck Off, Nazis Shouldn't Drive, This Machine Kills Fascists,  War Movie,  Youth Against Fascism, Californication, Natwest-Barclays-Midlands-Lloyds, Reino de Todavía, America Latina ¡¡Libre!!, Anarchy in the U.K., Cambalache, España Va Bien, Give Ireland Back to the Irish, God Save the Queen, Old Mother Reagan Protest Song, Revolution, Gallo Rojo Gallo Negro, La Mala Reputación… y así hasta una larguísima relación que no debe detenerse mientras los criminales se dan la mano alegremente.   

España: sin humo y sin humor

España: sin humo y sin humor Puede que España haya dado al universo del humor unos cuantos nombres, que pasarán a la historia del ingenio y la gracia retrechera, para vergüenza de buena parte de quienes hoy intentan hacerla reír. Incluso es plausible que hoy existan personajes que arranquen carcajadas espontáneas a personas poco exigentes; al fin y al cabo esforzados buscadores de sonrisas como los Morancos, Cruz y Raya, Arévalo, Paz Padilla, Jaimito y Eva Hache, deben tener trabajo. Hasta creo que, las menos de las veces, se den algunos rasgos de humor en los cientos de intentos por hacer reír al pueblo español, ya sea desde la política, el dibujo, la radio, el cine, el teatro, el circo o la televisión. Uno, en su tonel, practica el optimismo.

 


Y me entristece pensar que el pueblo español parece estar muy necesitado de la risa, si tenemos en cuenta los mil y un programas que, vanamente, están dedicados a ello. ¿Será que buena parte de la península ibérica tiene que pasar obligatoriamente por la risoterapia, para calmar los cabreos y frustraciones que atenazan a sus habitantes, encarnados en los número rojos de millones de cuentas corrientes, en el endeudamiento para cuarenta años al que obliga la compra de un piso, en la angustia por llegar a mediados de mes (a fin ya no arriban sino los que ganan más de 3.000 euros), en la inquietud por el dónde y con quién dejar a esa criatura que acaba de nacer, cuyos progenitores (A y B) trabajan desde las 8 de la mañana a las 8 de la tarde?

 Para resistir un estado de cosas como ese, se hace más que imprescindible, evidentemente, que alguien entretenga esos minutos moribundos que preludian al descanso nocturno, intentando lo que sea con tal de llegar al colchón, acompañado de una sonrisa de oreja a oreja que atempere la horrorosa certeza del mañana. Pero, por lo que llevo visto y oído, la España casposa y rastrera, la vengativa y franquista, la que escucha con la boca abierta, sin que se le suba el rubor a las mejillas, a burdos descendientes del homo erectus como Acebes, Zaplana o Rajoy, trata de sobrevivir con las risotadas que le provoca la carencia de chispa, es decir, con los chistes verdes, con ese  humor zafio y estúpido que destilan la mayor parte de los espacios de entretenimiento, sean los que destinan los periódicos, la radio o la mil veces maldita televisión.

Por otro lado, mi España corajuda y republicana, roja y combativa, lo tiene crudo, aunque descansa en la seguridad de que no fallarán los latigazos coloristas de Juan Kalvellido, las películas de un solo fotograma de El Roto, las viejas grabaciones de Les Luthiers o Leo Masliah, los espectáculos de Leo Bassi, las películas de Woody Allen, o algunos geniales fragmentos de las de los Hermanos Marx, escenas de “El jovencito Frankenstein”, “La Vida de Brian”, “Las vacaciones de Mister Hulot”, las obras del Perich, retazos de Forges, las historias de Ibáñez y sus hijos Mortadelo, Pepe Gotera, Filemón etc.  Todo eso y poco más. Pero esa España tiene buen talante, sabe esperar y conformarse, de momento, con todo ello y algo más que se conserva en la memoria. A pesar de los palos, practica el optimismo, qué diantre.

El problema fundamental de la España del siglo XXI es la singular carencia de ingenio, virtud de la que Miguel Gila y Miguel Mihura ejercitaron con valor y generosidad, y que Pedro Reyes o mi amigo Luis Rebolledo practican casi en petit comité, habida cuenta de que los otrora admirados Gran Wyoming o Pablo Carbonell se han metido de lleno en los amorosos brazos de guionistas especializados en hallar gags, cada día más patéticos, porque no dan abasto por sí solos. 

Me resulta sorprendente que, ahora que paso unos días en Madrid, me pregunten a mí, que por fortuna ya no veo ninguna televisión española, por las razones que llevaron al fracaso el último show del señor Monzón, o la debacle de un programa de un tal Buenafuente, del que no conozco nada excepto su buena voluntad y cuatro paridas mal dichas que algún conocido me remitió por mail. Por lo visto, haber pasado unos cuantos años trabajando para el medio, dan patente de corso al ciudadano medio para imaginar que “yo tengo que saber todo sobre las estrellas de la tele”, y por tanto debo estar más que enterado de las causas que han motivado esos fracasos (joder, yo no sé cómo se puede tildar de hecatombe profesional al hecho de cambiar de productora, de emisora y cobrar un sueldo millonario). Es entonces cuando percibo que ese fiasco no es el de Wyoming o de Carbonell, Buenafuente o el espantoso Club de la Comedia (refugio de los amagos de chistes más mediocres que uno ha escuchado desde que era niño), sino de todo un público ávido de que le proporcionen, gratuitamente, su ración diaria de carcajadas. De lo contrario pegará al niño, reñirá con su esposa, se irá al bar de la esquina a emborracharse, insultará a los vecinos o romperá el televisor.

Todos y cada uno de los sufridos aspirantes a humoristas citados o aludidos subliminalmente, hacen que Gila resplandezca en el firmamento, que a su lado brille aún las geniales salidas de Luis Sánchez Polak, alias Tip, o que Pepe Rubianes sea una de las personas más añoradas en la pequeña pantalla. Difíciles tiempos en los que Albert Boadella (castrado ya intelectualmente por voluntad propia), el ministro José Bono (al que no le hace falta ningún tipo de vasectomía cerebral) o la ministra de Cultura, Carmen Calvo (ataviada con modelos de Ágata Ruiz de la Prada), sustituyen a los malos humoristas. Esta España sin humo, se ha quedado también sin humor. Menos mal que Kalvellido aún resiste. Es una perla en el mar de la mediocridad.
                                                         Carlos Tena